Super Gatas

Leona de Jade – Exceso de Confianza

Por "Nungar"


Leona de Jade caminaba lentamente bajo la luz de la luna por un caminador de un área residencial. Una banda de ladrones habían estado muy ocupados en está zona, razón por la cual la atractiva heroína sabía que atraparlos sería solamente cuestión de tiempo.

- Mmm, esto se ve bien –dijo sonriendo cuando vio una puerta semi-abierta-

Entró a la casa y fue hacía la sala, esperando sin ser vista. Los clásicos ladrones estaban trabajando ahí, todos de negro con pasamontañas y guantes de piel, dos desarmaban los electrónicos mientras uno saqueaba la caja y otro buscaba en los libreros y cajones de la casa.

- Nada mal – pensó viendo el cuerpo de los ladrones.

Se empezó a sentir un poco emocionada por la situación, después de todo habían pasado algunos meses desde que había tenido algo de “diversión” y estos tipos se veían bastante respetables. “Quizá debería enfrentarlos sin mi Medallón de poder” Pensó riendo.

- Con que ustedes son los grandes y malos ladrones –dijo Leona de Jade riéndose con las manos en la cintura y las piernas abiertas, en pose de superheroina.

Los Ladrones empezaron a arrojar sus herramientas y el botín, y empezaron a rodear a la amazona de 1 metro 80 que estaba en la entrada de la sala. Lo primero que pensaron es que quizá era una broma, quizá era sólo una mujer disfrazada para alguna broma o una esposa disfrazada para algún juego.

La mujer era increíblemente alta, con una hermosa figura, increíbles pechos, vestía un traje de lycra verde con mayas y guantes azules, hermosas y sensuales botas negras hasta la rodilla, un antifaz negro y el pelo rubio suelto. Entonces recordaron ver su foto en los periódicos.

- Leona de Jade –dijo uno de los ladrones que probablemente estaba en la adolescencia-
- Este es su día de suerte –dijo la heroína- Ahora sean unos buenos niños, no me den problemas, no tienen probabilidades en mi contra.
- Nosotros no queremos pelear contigo –dijo uno de los ladrones más relajado-
- Eso es malo, de verdad esperaba hacer un poco de ejercicio.
Repentinamente la heroína sintió un brazo que la tomaba por la cintura, cuando miro hacía abajo vio un pedazo de algodón quirúrgico que iba hacía su nariz y boca. La heroína no opuso resistencia. Hizo una cara de burla, tomo la mano del atacante con su súper-fuerza y lo lanzó por los aires.

- ¡Oh, por favor, Cloroformo! –Leona de Jade dijo sonriendo – tienes que estar brome....mmmm.

Otro de los Ladrones avanzo hacia la heroína y sostuvo otro algodón sobre su rostro con firmeza. El Ladrón forzó su cabeza hacia atrás. Leona de Jade encontró la experiencia más divertida que nada. Seguro que la habían dormido con cloroformo antes, pero desde entonces había practicado mucho para evitarlo, además con su Medallón de Poder puesto el cloroformo no la afectaba del mismo modo.

El ladrón se las arreglo para sostener el algodón otro medio minuto hasta que ella jalo su brazo. Con un movimiento de cintura lo estrello en la pared y se puso de pie de nuevo. Otro de los ladrones corrió hacia ella abrazando sus piernas y levantándola del suelo. El sabía por los diarios que era fuerte pero que probablemente pesaba lo que una súper-modelo. La empujo hasta un sillón donde la heroína aterrizo tranquilamente, casi riendo en lugar de preocuparse.

- Que comunes resultaron. ¿Le haces esto a tu novia? – le dijo desafiante.
- No, es sólo para heroínas molestas como tu –grito un ladrón que corría hacia ella-

Ella lo tomo fácilmente y lo estrello contra la mesa de centro. “Esto se esta poniendo divertido” pensó.

- Espero que no te hayas lastimado querido – dijo riendo –ja ja ja mmmm…

Un ladrón le puso un algodón sobre su cara por detrás recargándose con el peso de su cuerpo. Al ver la oportunidad otro de ellos abrazó sus largas piernas para mantenerlas juntas.

Leona de Jade reía suavemente mientras se excitaba por que su cuerpo era tocado por los ladrones, empezó a moverse eróticamente con todo y los ladrones. En realidad no había respirado nada de cloroformo, pero por estarse riendo tomo un profundo respiro. El dulce y familiar olor invadió sus pulmones haciéndola sentir un poco atontada.

Contrajo sus hermosas y poderosas piernas y las estiro lanzando al ladrón de espaldas contra un sillón. Tomo al que estaba por detrás del sillón y lo lanzó encima de su compañero.

- ¿Es lo mejor que pueden hacer muchachos? –dijo Leona de Jade riendo-

El cuarto se volvía un poco más obscuro y ella sentía un poco de aturdimiento, pero lo ignoro, se estaba divirtiendo en grande.

Se puso de pie y al voltear otro más corrió hacía ella con un algodón en la mano.

- No de nuevo –dijo golpeando al ladrón- Está bien para demostrarte que no soy otra simple víctima.. Me voy a quedar aquí para que puedas ponerme a dormir. ¿Te parece?

El Ladrón, medio confundido, medio frustrado y preocupados por que llegará la policía puso el algodón sobre la boca de Leona de Jade por el frente mientras agarraba su cabeza con la otra mano para sostenerlo con firmeza. Leona de Jade solamente miro hacía arriba y empezó a golpear el piso con su bota como si esperará algo.

- Mira esto no va a funcionar – dijo con el algodón en la cara- No me esta dando sueño, te diré que. Voy a tomar un largo respiro para mostrarte. Leona de Jade tomo un largo y profundo respiro y lo sostuvo. Una ola de aturdimiento paso por ella mientras se sentía un poco débil. Levanto la mano para tratar de quitar la mano del ladrón pero sus compañeros tomaron sus brazos y los detuvieron atrás. Leona de Jade empezó a girar con más seriedad, mientras los ladrones la jalaron hacía la pared deteniendo el algodón en su lugar.

Ella forcejeo por un par de minutos, hasta que junto fuerzas y con la fuerza de sus brazos mando a los ladrones de espaldas contra la pared.

- Ven... les dije ...no funcionará –dijo con la cabeza un poco nublada.

Dos de los ladrones la atacaron y los tres rodaron por el suelo. Lucharon por un corto tiempo mientras que Leona de Jade era atacada y lanzada al suelo. Cada vez que se levantaba los ladrones ponían sus manos en ella y la arrojaban sobre la alfombra. De vez en cuando ponían el algodón con cloroformo sobre su cara haciéndola tomar pequeños respiros del anestésico.

- Por favor, esto se está volviendo ridículo.

Entonces uno de los ladrones logro atrapar sus brazos por encima de su cabeza, sin importar cuan fuerte era Leona de Jade el sujeto pesaba poco más de 100 kilos que la presionaban sin que pudiera apoyarse. Otro de los ladrones rápidamente se movió y se apresuro a colocar el algodón sobre su rostro.

Leona de Jade pateo y grito con furia. Sus esfuerzos la forzaban a respirar más de los vapores, su visión se volvía borrosa. El hombre que sostenía sus brazos pudo sentir que no era tan fuerte como antes. Se sentó en sus brazos, tomo otro algodón y la botella de cloroformo. Puso el algodón en el suelo y lo empapó con su mano libre. Leona de Jade miraba el algodón medio frustrada y en shock por lo que trataban de hacerle.

- Agarra sus piernas –ordeno a su amigo-

Uno de los ladrones retiro el algodón y agarro las piernas de Leona de Jade, afiladas, torneadas y sexys.

- Esto esta más allá de mmmmmm –grito la heroína-

El otro algodón se estampo en su cara, sus mirada se volvió borrosa por un segundo a causa del nuevo y fresco algodón, una dosis completa de cloroformo. Los vapores se tornaron más intensos y la primera oleada del anestésico la recorrió haciendo sus oídos zumbar y haciéndola sentir mareada. Empezó a moverse y quejarse más lento.

Sus ojos se dilataron un poco y sus párpados se abrieron pesadamente. Gritando bajo el algodón se agito con la fuerza que le quedaba y consiguió lanzar a los ladrones lejos de ella. Se incorporó pesadamente sacudiendo su cabeza. Mientras estaba aturdida los ladrones huyeron y subieron las escaleras.

- Vamos niños –grito desde las escaleras- no me hagan perseguirlos.

Leona de Jade no se había percatado que su Medallón de Poder se había caído durante el forcejeo. Su mente estaba un poco más nublada de lo que su arrogancia podía permitir, quizá si hubiera tomado la situación con un poco más de seriedad.

- 1, 2, 3 por los ladrones –les grito- Sé que están por aquí – les dijo aproximándose a una puerta doble del dormitorio principal- ¿Seré atacada con cloroformo de nuevo?

Como si lo hubiera predicho escucho algo a sus espaldas y uno de los ladrones la lanzó a la cama king-size, intento defenderse pero no consiguió la fuerza de antes.

- ¡Qué! –dijo preocupada al ver su cuello dándose cuenta que ya no traía su Medallón.

Entonces otro algodón callo sobre su nariz y boca. Los ladrones no tenían idea de que ella ya no tenía súper-fuerza, así que la atacaron como lo habían hecho antes, determinados a hacerla dormir.

Leona de Jade ahora se intentaba defender con más preocupación, empezaba a entrar en pánico, los vapores se volvían cada vez más intensos, su cuerpo se debilitaba y dejaba de responderle por momentos. Uno de los ladrones cerró por accidente la puerta y Leona de Jade entró en shock. Ahora estaba sola en ese obscuro cuarto con unos ladrones, indefensa y sin ninguna oportunidad de auxilio.

Los ojos de Leona de Jade se movían detrás del algodón, cuando dos de los ladrones se dieron cuenta que sus párpados se cerraban y abrían pesadamente. Le quitaron el algodón y lo volvieron a mojar con cloroformo.

- Toma esto –le dijo mientras le ponía el algodón sobre su cara de nuevo.

Finalmente sus ojos giraron hacía arriba, sus ojos se cerraron y sus brazos y piernas se sintieron inertes. La gran Leona de Jade sucumbió inconsciente. Pero los ladrones no se detuvieron ahí, mantuvieron el algodón y lo remojaron 2 veces más. Para cuando terminaron Leona de Jade estaba profundamente dormida, mucho más de lo necesario para darles algún problema...

La luz del día y los pájaros cantando rompieron su profunda inconsciencia. Parecía ser de día. Sabía que los dueños estaban de vacaciones e ignoraba cuanto tiempo había estado ahí. Estaba acostada en la cama, su boca estaba amordazada, sus manos estaban atadas atrás de su espalda, sus bellas piernas enfundadas en sus botas estaban amarradas de los tobillos y las rodillas, su disfraz se había ido, estaba desnuda y su ropa se encontraba regada por todo el cuarto, incluso su antifaz. Debieron anestesiarla profundamente porque le tomo casi dos horas liberarse, vestirse y salir de la casa.

- Estúpida –se dijo recriminándose- se deben haber divertido a lo grande conmigo.



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